La muerte de El Hijo del Perro Aguayo y los problemas de seguridad de la lucha libre mexicana



Fue un duro golpe, letal, fulminante.
La muerte de El Hijo del Perro Aguayo sobre el cuadrilátero enlutó a la lucha libre en México y al mismo tiempo destapó un sinnúmero de interrogantes sobre el espectáculo que nació hace ya ocho décadas.

El Hijo del Perro Aguayo era uno de los luchadores más populares.
De un lado están las pintorescas máscaras, los nombres de súper héroes, las acrobacias espectaculares y las patadas voladoras que han hecho de este deporte uno de los más populares de México, que atrae a más de 600.000 aficionados al año a las arenas y estadios.

Del otro, aparece un lado oscuro que suele pasar desapercibido hasta que ocurre lo que sucedió el pasado viernes en el Auditorio Municipal de Tijuana.

Aguayo se enfrentaba en el Auditorio Municipal de Tijuana contra Rey Mysterio quien, en una maniobra, golpeó a su contrincante en la tráquea causándole un severo traumatismo cervical.
El Hijo del Perro Aguayo no era un luchador más. Había empezado en la lucha libre a los 15 años de edad y llevaba casi 20 años en el ring.

Además de ser hijo de Pedro "El Perro" Aguayo, miembro del salón de la fama de la lucha libre, era ahijado de comunión de El Hijo del Santo, quien alzó la voz para criticar el estado actual de la lucha libre en México.
Sin control
En declaraciones al diario El Universal, el emblemático luchador El Hijo del Santo denunció que la profesión no está bien pagada y que son muy pocos los peleadores que se pueden permitir un seguro médico.
"Es una pena que la lucha libre es un espectáculo con muchos riesgos", lamentó.



Para El Hijo del Santo "ya no hay autoridad dentro de la lucha libre, ya no hay comisiones. Tú vas a Monterrey y ahí lucha cualquiera, ya no piden licencias".
Se refiere a verificar que los luchadores tengan sus permisos para combatir en orden.
Esta situación fue corroborada por el doctor Esteban Martos Núñez, jefe de los servicios médicos de la Comisión de Box del Distrito Federal, organismo que antes también acogía la lucha libre.

"Desde hace un tiempo ya no nos mandan a los luchadores consagrados, sólo los novatos. Cada año venían a buscar sus licencias, se les hacían sus exámenes de laboratorio, pero ahora ya no vienen. Estamos totalmente fuera de este contexto de la lucha libre", explicó el doctor Martos al programa Desmarcados, de la cadena Poder México Radio.

Para Sergio Trejo, director general de Furia de Titanes, medio especializado en la lucha libre, se trata "de una realidad de los promotores independientes de más bajo perfil".
"Desgraciadamente no tienen los recursos de las grandes empresas como Triple A o el Consejo Mundial de Lucha Libre y por la necesidad de montar un espectáculo no revisan los permisos de los luchadores, que las licencias estén vigentes, no revisan las condiciones de seguridad, que tengan camillas disponibles, que (los luchadores) tengan garantizados los servicios médicos", alertó Trejo en entrevista con BBC Mundo.
Hecho circunstancial

El director de Furia de Titanes considera que el evento en Baja California contaba con una estructura de lo más decente para el espectáculo que estaban ofreciendo y que lo que ocurrió con El Hijo del Perro Aguayo fue un "hecho circunstancial" y que ha trascendido dada la fama del luchador.

La causa oficial de la muerte de El Hijo del Perro Aguayo fue traumatismo de cuello y fractura cervical, lo que no está claro es cuándo ocurrió la lesión.
Las críticas apuntan a que El Hijo del Perro Aguayo quedó tendido sin conocimiento en una de las cuerdas del cuadrilátero y no hubo ningún intento por detener la pelea, así como que no hubo una respuesta médica de inmediato.

La Comisión de lucha de Tijuana asegura que se dio toda la asistencia necesaria y que el doctor que se encontraba en la arena no acudió de inmediato debido a que estaba atendiendo a otros luchadores que se habían lesionado en combates previos.

El Hijo del Perro Aguayo

El doctor Martos considera que "por más rápido que hubiera sido atendido, iba a morir de todos modos" y que posiblemente el luchador podría haber tenido una lesión previa al impacto que recibió del peleador Rey Misterio, haya sido durante la pelea o antes de la misma.

Reflexión
Un punto en el que Trejo coincide con El Hijo del Santo y otros gladiadores como El Hijo de la Leyenda de Plata es que el cambio, la reforma o la conciencia tiene que surgir del propio luchador, que a fin de cuentas es el más interesado.



La lucha libre mexicana se presentó hace unos años en Londres en un espectáculo que agotó las entradas.
"Hay varios problemas de fondo, desde las promotoras improvisadas hasta los comisionados, entrenadores, árbitros y los mismos luchadores que pelean por nada, sólo por tener exposición".
"También están los que se entrenan dos o tres semanas, se toman fotos y debutan en estas empresas y luego lastiman al compañero o se lastiman ellos", advirtió Trejo.

La popularidad de la lucha libre ha ido en constante aumento desde que se inició su práctica hace ya ocho décadas.
Para el director de Furia de Titanes la lucha libre está tan arraigada que lo que ocurrió con El Hijo del Perro Aguayo "será una anécdota muy dolorosa como ocurrió con otros famosos luchadores que murieron en el ring como Sangre India y Oro, porque además hay muchos más que han fallecido en el anonimato".
Trejo no cree que vaya a haber una crisis en la lucha libre ni que vaya a decaer su popularidad, aunque hay signos de que algo puede cambiar.
"Las palabras de El Hijo del Santo no fueron las únicas que reflejan lo que vive un luchador en México", dijo.

"Siento que ha habido varios nombres importantes que también han criticado la falta de seguridad y que ahora han sido los mismos luchadores los que han dado un paso al frente con sus mensajes de solidaridad".
"El luchador tiene un código de ética muy especial y es un gremio muy unido. No murió nada más un compañero, también murió un amigo y ellos tomarán conciencia de ello".

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